Sabemos que siempre quieres darle lo mejor a tu retoño. Por eso es completamente normal que, cuando el llanto de tu recién nacido suena, te invadan varias emociones.

Sin embargo, aunque no nos gusta escucharlos llorar porque sentimos que sufren, es completamente normal que lo hagan, ya que esta es la manera en la que se comunican con su entorno y es lo que puedes utilizar como referencia para entender el lenguaje de tu bebé, según las bases teóricas y científicas del Método Dunstan.

Este sistema, creado por la investigadora australiana Priscilla Dunstan, consiste en “traducir” los sonidos que los pequeños emiten en la etapa previa al llanto, para enseñarte a comprenderlos e identificar lo que necesitan.

Mediante cinco patrones de sonidos bien establecidos, el Método Dunstan te ayudaría a identificar con precisión cinco de sus necesidades básicas: hambre, sueño, incomodidad, gases o estreñimiento y eructos.

Los patrones de sonidos son completamente universales, por lo que se adaptan a pequeños de cualquier parte del mundo, desde la etapa de recién nacido hasta los tres meses.

En este artículo te detallaremos más sobre estos sonidos, cómo aplicarlos en tu rutina diaria con tu bebé y los beneficios que puede traerte.

¿Qué es el Método Dunstan?

Aunque tu pequeño no hable, siempre está en la tarea de comunicarse contigo. Para entender a tu bebé, la investigadora australiana Priscilla Dunstan creó el Método Dunstan, con el que ha identificado cinco sonidos clave que pueden ayudarte a interpretar sus necesidades básicas y atenderlas.

Estos sonidos son emitidos por tu pequeño en lo que se denomina la etapa de prellanto, es decir, durante los instantes previos a que se desate el episodio de llanto, en el que el bebé manifiesta a plenitud su incomodidad o inconformidad con algo.

Los cinco sonidos representan, a través del Método Dunstan, lo que es el lenguaje del bebé, que se aplica esencialmente a niños desde la etapa de recién nacido hasta los tres meses de vida.

¿Cuáles son los cinco sonidos del Método Dunstan?

Si te interesa aprender el Método Dunstan, lo primero que tienes que saber es cuáles son los cinco sonidos que ha patentado como la comunicación del bebé. Estos te indicarían cuándo tu bebé tiene hambre, sueño, incomodidad, gases o estreñimiento y se clasifican así:

1. Neh (hambre): cuando tu retoño comience a emitir un sonido parecido a “Neh”, significa que está hambriento y necesita alimentarse. Para saber si se trata de “Neh” con mayor certeza, presta especial atención al énfasis que haga en la “N”, al pronunciarla pegando la lengua en el paladar.

Otra señal de que se trata de “Neh” es que lo manifieste más o menos en la hora habitual de su comida, que por lo general sucede cada tres o cuatro horas.

2. Owh (sueño): luego de lapsos agotadores de caricias, leche y regazo, tu bebé sentirá los embates del cansancio. ¡No es tan fácil ser el consentido de la casa!

En estos momentos, escucharás un “Owh” de su boca, parte del lenguaje del bebé que generalmente va acompañado de gestos que indican agotamiento, como bostezos tiernos, bracitos caídos o párpados pesados.

3. Eh (eructos): ese momento de gracia en el que debes montarlo en tu regazo y sacarle los gases, se identifica previo al llanto del bebé con un “Eh”. Este, a diferencia de los anteriores, suelen expresarlo en secuencia, por lo que escucharás varios “Eh”, uno atrás del otro.

La sensación de alivio aparecerá cuando finalmente hayan podido expulsar el eructo, por lo que el “Eh” cesará de inmediato.

4. Eairh (gases): el prellanto con un sonido de “Eairh” enfático te dará la señal de que hay algún tipo de viento o estreñimiento, signo de que los gases han invadido el intestino de tu pequeño o pequeña, como naturalmente ocurre al alimentarlo.

Mantente atenta a cualquier signo de dolor estomacal, frótale la pancita o colócale las piernas gentilmente hacia arriba para ayudarle con la molestia.

5. Heh (incómodo): puedes interpretar los sonidos de tu bebé para indicar incomodidad con un contundente “Heh”, que se identifica claramente por el énfasis que hacen en la “H”.

Estas señales aparecen cuando tu retoño tiene frío, calor o algo externo le molesta en su cuerpo, como podría ser, por ejemplo, que su pañal esté empapado o sucio.

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¿Cómo aplicar el Método Dunstan con mi bebé?

Para aplicar el Método Dunstan, debes aprender a escuchar a tu bebé, tratar de entenderlo y saber identificar cuáles son sus necesidades primarias en el momento preciso en el que las manifiesta.

De esta manera, te será posible darle justo lo que necesita, cuando lo necesita. Para lograrlo debes entrenar tu oído y familiarizarte con cada uno de los cinco sonidos que tu bebé emite de forma sistemática.

En la medida en que los adaptes a tu escucha, se te abrirá un universo de posibilidades y oportunidades para entender a tu bebé. Los resultados son muy beneficiosos para ambos: tu hijo reducirá en gran medida sus periodos de llantos, porque estarás atendiendo sus necesidades básicas a tiempo.

También podrá gozar de un sueño mucho más pleno y placentero, y lo mismo sucederá contigo, ya que, si tu bebé duerme, tú también.

Otro de los beneficios principales del Método Dunstan es que propicia que los bebés acepten los cambios de manera más armoniosa y fluida, un aspecto de gran influencia en la consolidación de todas sus etapas de desarrollo.

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