Como mamá, sabemos que quieres estar bien informada sobre cuáles son las mejores formas de empezar a dotar a tu pequeño con responsabilidades para niños básicas y obligaciones que le permitan ser consciente de que sus actos tienen consecuencias.

Y, no es para menos, pues un pequeño criado sin sentido de la responsabilidad puede llegar a tener dificultades en su vida adulta, no solo a nivel de desarrollo personal, si no a nivel social.

Entonces, empecemos por el principio querida mamá: ¿Qué es ser responsable o qué es la responsabilidad?

La responsabilidad infantil se trata de esa etapa de la niñez en la que le empiezas a inculcar a tu pequeño una conciencia de que los actos tienen repercusiones en ellos mismos y en otros.

Y no hablamos únicamente de consecuencias negativas, sino también de aquellas recompensas gratificantes que puede obtener cuando actúa con responsabilidad.

Responsabilidades de los niños: ¿por dónde empezar?

Poniéndonos un poquito más técnicos, sabemos que en la sociología existe el término de “socialización primaria”, que hace referencia a las primeras etapas de la vida de tu bebé, cuyo entorno social estará principalmente influido por ti y tu pareja (los papás), hermanitos (si tienes más de un pequeño) y demás habitantes del hogar (en caso de que vivan más personas en casa).

Las acciones que perciba tu bebé de parte de cada uno de los miembros de la familia será determinante en la conformación de su carácter y personalidad.

¿A qué va todo esto? Pues al hecho (a veces no tan obvio) de que la base para empezar a inculcar el sentido de la responsabilidad en tu pequeño no es otra más que: Dar el ejemplo.

Las cosas que tu pequeño te vea hacer o no hacer, el cómo las haces u organizas, cómo te detienes a pensar antes de actuar o cómo actúas impulsivamente, todo esto sirve como una guía, que influirá en qué medida tu bebé será más o menos responsable, más o menos atento, más o menos ambicioso, más o menos empático, etc.

De hecho, como tus fieles acompañantes en esta aventura de ser mamá, te podemos asegurar que “el ejemplo” es una fuerza poderosa en los primeros años de vida de cualquier ser humano.

Sin embargo, seguramente te preguntarás: Pero, más allá de darle el ejemplo, ¿cómo le enseño a mi pequeño a motivarse a sí mismo a cumplir con sus responsabilidades? Pues aquí te van 3 tips para ayudarte con esta labor.

1. Asígnale tareas en el hogar

El permitirle a tu pequeño que se haga responsable de ciertas tareas, le ayudará a reconocer que tienen el deber de hacer que su hogar sea agradable para todos los que viven en él.

Tareas sencillas como guardar los juguetes, la cual puedes empezar a impulsar desde el año y medio, creará en él la conciencia de que dejar sus juguetes por allí puede ser perjudicial para otros, como el ocasionar un tropiezo.

Luego, a sus 2 años de edad, es un buen momento para que empieces a impartir el sentido de la responsabilidad con tareas más avanzadas en dificultad. Después de recoger los juguetes, otros ejemplos básicos son:

  • Hacer la cama.
  • Vestirse sin ayuda.
  • Comer solito.
  • Preparar los útiles escolares de cada día.
  • Limpiar su habitación.
  • Echar una mano con el cuidado del jardín o las plantas interiores.
  • Ayudar a poner y quitar la mesa.
  • Pasear al perro o cuidar de las mascotas.

Y, a medida que avanzan en edad, sería ideal empezar a inculcarle al más pequeño de la casa una de las responsabilidades más importantes para su devenir como adulto: administrar dinero.

A partir de los 5 años de edad, es buena idea ofrecerle una mesada cada semana o cada 15 días, dando el ejemplo de cómo y en qué gastarlo para sacar el mayor provecho posible. Lo más relevante es que se de cuenta de que si lo gasta muy rápido, tendrá que ser paciente hasta que llegue la próxima mesada.

2. Muéstrale tus expectativas

Además de dar el ejemplo, es importante que le expliques a tu pequeño lo que esperas de él en cuanto al cumplimiento de cada una de sus responsabilidades. Si deseas que ayude a recoger sus juguetes, por ejemplo, muéstrale cómo se hace, y cómo debe de quedar el resultado final.

Y, cuando no cumpla con su tarea asignada, debes hacerle saber cuáles son las consecuencias de ello. Siempre es importante que le recuerdes que toda acción trae una reacción, que puede ser buena o mala, con base a la decisión que él tome.

Extra-Tip: No lo castigues de manera automática cuando no cumpla sus tareas, porque actuarán negativamente cuando le pidas de nuevo que las haga. En su lugar, averigua por qué no la hizo. Tal vez, la tarea es demasiado difícil, o tal vez está cansado. Una vez conozcas el motivo, traza un plan de acción para disminuir en un futuro las posibilidades de que no cumpla con lo asignado.

3. Elógialo cuando cumpla con sus responsabilidades

Cuando tu pequeño cumpla con sus tareas del día, elógialo por sus esfuerzos, especialmente si toma la iniciativa y lo hace sin que tú se lo digas. Hazle saber que estás orgullosa de que esté haciendo lo correcto y también que sus acciones son reconocidas.

El simple acto de usar frases motivadoras hará que tu pequeño se sienta seguro de sí mismo y harán que se afiance más el sentido de la responsabilidad en él.

No te mortifiques si al principio te cuesta algo de trabajo, recuerda que cada pequeño tiene su propio ritmo de aprendizaje, y cuando se trata de inculcar el valor de la responsabilidad, la paciencia será tu mayor virtud.

Solo recuerda que, al final del día, lo más importante es que tus esfuerzos por sembrar un granito de conciencia en tu pequeño sobre la importancia de sus acciones, se traduzca en una cualidad para toda la vida.

Artículos relacionados